La primavera es una buena época del año para conocer mejor nuestra comarca y nuestro entorno natural. Vamos a ir poniendo una serie de excursiones y rutas fáciles que se realicen por el Reino de los Mallos. Cada semana iremos poniendo alguna y haber si os animais a realizarlas que merecen la pena. Cada año las realizan cientos de excursionistas de toda España y de gran parte del mundo y todos se quedan asombrados.
1ª EXCURSIÓN: CASTILLO DE LOARRE-PICO PUSILIBRO (1596 m.)
Despues de llegar al Castillo de Loarre y dejar aparcado el coche en el mismo aparcamiento de el castillo empezaremos a caminar . Pues bien, allí mismo parte el camino que deberemos coger. Hay una señal de Sendero de Pequeño Recorrido (PR), de esas pintadas de amarillo y blanco,. Es un jugoso complemento para nuestra visita al mejor castillo románico de España, que dejaremos para la tarde, a la vuelta. En unas dos horas aproximadamente, podremos culminar el ascenso hasta la cima de el Puchilibro y después cresteando llegaremos a el mirador de la Fuenfría.El primer tramo del camino es un antiguo campo de labranza. Enfrente, levantando un poco la mirada, vemos alzarse dos peñas de caprichosas formas, como gigantes convertidos en piedra. cruzamos el campo en diagonal, hacia el bosque que se extiende bajo las peñas, sintiéndonos un poco desasistidos sin un camino que nos acoja entre sus lindes. Pero pronto llegamos a la entrada del bosque de pinos. Dentro de el pinar llegamos a un cruce con una señal indicadora a Rasal o Pusilibro o como dicen por aquí, Puchilibro. Es el monte más alto de la sierra, a la derecha el camino sale hacia el lateral de la montaña, poco a poco y ganando altura podremos mirar hacia aquí para tener una nueva perspectiva del castillo que va quedando a nuestras espaldas.
Llegaremos a otro pinar el cual tendremos que atravesar por una senda bien marcada en la cual encontraremos tramos de tubería de pvc.
Atravesaremos en varias ocasiones una pista de vehículos, en la ultima que nos encontramos vemos una arqueta de hormigon con una tapa verde en este punto nos desviamos a la derecha unos 200 metros para coger a la izquierda el camino que nos lleva a la cresta previa al pico, de todas formas esta marcado con pintura amarilla y blanca PR
Continuamos cresteando con cuidado hasta llegar a la intersección de el camino que sube directamente de el plano donde esta el deposito (balsa) en este punto nos desviamos a la derecha entre matorrales parallegar a otro pinar que da acceso a la cunbre, el Castillo de Loarre amplía nuestra perspectiva, y podemos, sin esfuerzo, comprender por qué la fortaleza se irguió en este punto estratégico, dominando a sus pies los castillos árabes de Bolea, Puybolea y Ayerbe, y controlando los caminos romanos que iban hacia la Sierra de Sarsa.
Es momento de continuar nuestro camino, aunque al girarnos nos sorprenda encontrarnos tantas encrucijadas. Nuevas sendas y pistas se encuentran recién roturadas en medio del bosque, Seguimos la senda muy marcada para llegar a la cima.
La vista no tiene precio. Como si voláramos, se extiende ante nuestros ojos un puzzle de colores formado por la enorme plana de la Hoya de Huesca y, en primer término La Sotonera. Vemos el embalse a donde va a parar el río Sotón que da nombre a la comarca, los pueblos de Loarre, Bolea, Puybolea, Quinzano... campos de labor, trigos y alfalfa, girasoles... las vegas de ríos y barrancos... Más allá, si el día es claro, las tierras de los Monegros al sur, y las de las Altas Cinco Villas al oeste... y quizá, hasta vislumbremos la lejana silueta del mágico Moncayo.Después de reponer fuerzas y disfrutar del paisaje emprendemos la marcha, retornando por el mismo sitio por donde subimos hasta llegar a la cresta que al fondo se divisa el repetidor de Fuenfría Junto a ella, el mirador de la Fuenfría, nuestro destino.
Atravesamos la cresta con precaución y poco antes del final nos desviamos a la izquierda y abajo buscando la senda que bordea el ultimo bloque de piedra, puesto que por arriba acaba en cortada. Salvado este pequeño inconveniente seguimos caminando hasta alcanzar las antenas y el mirador de la Fuenfria.
Justamente al lado de la antena encontraremos el camino indicado que nos llevará de regreso al castillo e Loarre
Descendiendo por este camino nos internamos otra vez en otro pinar no muy espeso dejando atrás Punta de la Tallada hasta dar con una escalera esculpida en el talud con troncos de madera la cual desemboca en la carretera asfaltada que da acceso a los repetidores, a la izquierda y por esa carretera descenderemos hasta encontrar un gran pradera con un depósito de agua descubierto pero vallado
Atravesamos la pradera por una senda que cada vez se estrecha más, confundiéndose con la hierba y el pasto del ganado. No será de extrañar encontrar paciendo algún grupo de vacas. Como un barco en alta mar, destaca la silueta de un refugio forestal de piedra. Por doquier se apodera del suelo la planta llamada alizón o brinzón, unas chaparrudas matas de espinos que crecen en la montaña formando apretadas colonias. En la imaginación de los antiguos pobladores de estas tierras, algunas eran en realidad las espaldas de unos gigantes llamados Brinzoners, que se ocultaban de esta manera. Con socarronería, también les han dado el nombre de "asiento de pastor".
Una vez sobrepasada la cabaña, iniciaremos de nuevo el descenso por un camino excavado por maquinas hace poco, me creo que se hizo para la conducción de agua desde el deposito a Loarre las arquetas que nos encontramos lo delatan, sin dejarlo nos daremos de frente y en una curva pronunciada con una cerca de alambre para que no baje el ganado cruzamos la alambrada para tener acceso al ultimo tramo de camino que desemboca en la salida de el pinar y el campo de labranza que hemos cruzado para subir.
Llegaremos a otro pinar el cual tendremos que atravesar por una senda bien marcada en la cual encontraremos tramos de tubería de pvc.
Atravesaremos en varias ocasiones una pista de vehículos, en la ultima que nos encontramos vemos una arqueta de hormigon con una tapa verde en este punto nos desviamos a la derecha unos 200 metros para coger a la izquierda el camino que nos lleva a la cresta previa al pico, de todas formas esta marcado con pintura amarilla y blanca PR
Continuamos cresteando con cuidado hasta llegar a la intersección de el camino que sube directamente de el plano donde esta el deposito (balsa) en este punto nos desviamos a la derecha entre matorrales parallegar a otro pinar que da acceso a la cunbre, el Castillo de Loarre amplía nuestra perspectiva, y podemos, sin esfuerzo, comprender por qué la fortaleza se irguió en este punto estratégico, dominando a sus pies los castillos árabes de Bolea, Puybolea y Ayerbe, y controlando los caminos romanos que iban hacia la Sierra de Sarsa.
Es momento de continuar nuestro camino, aunque al girarnos nos sorprenda encontrarnos tantas encrucijadas. Nuevas sendas y pistas se encuentran recién roturadas en medio del bosque, Seguimos la senda muy marcada para llegar a la cima.
La vista no tiene precio. Como si voláramos, se extiende ante nuestros ojos un puzzle de colores formado por la enorme plana de la Hoya de Huesca y, en primer término La Sotonera. Vemos el embalse a donde va a parar el río Sotón que da nombre a la comarca, los pueblos de Loarre, Bolea, Puybolea, Quinzano... campos de labor, trigos y alfalfa, girasoles... las vegas de ríos y barrancos... Más allá, si el día es claro, las tierras de los Monegros al sur, y las de las Altas Cinco Villas al oeste... y quizá, hasta vislumbremos la lejana silueta del mágico Moncayo.Después de reponer fuerzas y disfrutar del paisaje emprendemos la marcha, retornando por el mismo sitio por donde subimos hasta llegar a la cresta que al fondo se divisa el repetidor de Fuenfría Junto a ella, el mirador de la Fuenfría, nuestro destino.
Atravesamos la cresta con precaución y poco antes del final nos desviamos a la izquierda y abajo buscando la senda que bordea el ultimo bloque de piedra, puesto que por arriba acaba en cortada. Salvado este pequeño inconveniente seguimos caminando hasta alcanzar las antenas y el mirador de la Fuenfria.
Justamente al lado de la antena encontraremos el camino indicado que nos llevará de regreso al castillo e Loarre
Descendiendo por este camino nos internamos otra vez en otro pinar no muy espeso dejando atrás Punta de la Tallada hasta dar con una escalera esculpida en el talud con troncos de madera la cual desemboca en la carretera asfaltada que da acceso a los repetidores, a la izquierda y por esa carretera descenderemos hasta encontrar un gran pradera con un depósito de agua descubierto pero vallado
Atravesamos la pradera por una senda que cada vez se estrecha más, confundiéndose con la hierba y el pasto del ganado. No será de extrañar encontrar paciendo algún grupo de vacas. Como un barco en alta mar, destaca la silueta de un refugio forestal de piedra. Por doquier se apodera del suelo la planta llamada alizón o brinzón, unas chaparrudas matas de espinos que crecen en la montaña formando apretadas colonias. En la imaginación de los antiguos pobladores de estas tierras, algunas eran en realidad las espaldas de unos gigantes llamados Brinzoners, que se ocultaban de esta manera. Con socarronería, también les han dado el nombre de "asiento de pastor".
Una vez sobrepasada la cabaña, iniciaremos de nuevo el descenso por un camino excavado por maquinas hace poco, me creo que se hizo para la conducción de agua desde el deposito a Loarre las arquetas que nos encontramos lo delatan, sin dejarlo nos daremos de frente y en una curva pronunciada con una cerca de alambre para que no baje el ganado cruzamos la alambrada para tener acceso al ultimo tramo de camino que desemboca en la salida de el pinar y el campo de labranza que hemos cruzado para subir.
barrioschiflaus@hotmail.com
